Durante las elecciones europeas las críticas a las políticas verdes de la UE han aumentado de manera preocupante. Mientras algunos opinan que estas políticas perjudican la búsqueda de una mayor competitividad, la realidad es que
fortalecen el liderazgo mundial de Europa e impulsan la competitividad de muchas empresas. En los últimos seis años, he trabajado con expertos de toda Europa en la
Plataforma Europea de Finanzas Sostenibles enfocándonos en la estrategia de la UE para maximizar el papel del sistema financiero como catalizador en la construcción de una economía sostenible y resiliente. Mientras la crisis climática presenta riesgos reales para nuestra economía, la transición verde ofrece enormes oportunidades para su fortalecimiento.
Para atraer la financiación necesaria para una transición que ya es inevitable,
las empresas deben proporcionar información clara sobre sus estrategias. Las normas europeas, y los datos que están generando, juegan un papel crucial en este proceso ayudando a las empresas a elaborar sus planes de transición y a atraer financiación para implementar esos planes, y así superar a sus competidores en su adaptación a la economía del futuro, y como muestra un
reciente informe basado en una encuesta realizada a decenas de empresas europeas.
Las nuevas normas europeas sobre transparencia, que exigen a las empresas publicar sus planes de inversión verde, generan beneficios significativos para los bancos, ya que les permiten evaluar el grado de compromiso y cuán avanzados están sus clientes en su transición a las emisiones netas cero.
Esta transparencia mejora la relación entre ambas partes: los bancos pueden adaptar su oferta para aumentar las posibilidades de éxito del cliente, mientras que las empresas pueden fijar objetivos y, al cumplirlos, ganarse la confianza del banco. De hecho, los bancos también pueden utilizar estos datos para crear incentivos que recompensen a los clientes que cumplan sus objetivos antes de lo previsto. Disponer de mejor información sobre las empresas que forman parte de sus carteras de préstamos e inversión también ayuda a los bancos a gestionar su propia transición previendo y minimizando cualquier riesgo, un paso vital para prevenir crisis financieras futuras.
Gracias a las normas de la UE, Europa lidera la captación de fondos para la transición verde. Hoy, la UE destaca en bonos verdes, que ayudaron a los gobiernos a recaudar 266.000 millones de euros en 2022, más del triple de los 85.000 millones recaudados en 2019. Por su parte, las empresas europeas han duplicado con creces su emisión de bonos verdes desde 2019. En la actualidad, la financiación sostenible es una de las clases de activos de más rápido crecimiento en Europa.
Incluso las PYMES, que están fuera del foco principal de estas normas verdes, pueden beneficiarse de ellas: aproximadamente el 10% de las PYMES de la UE han obtenido préstamos sostenibles, una cifra que probablemente aumentará cuando se ponga a su disposición las herramientas simplificadas que se están elaborando para ellas. Ya sea usted director de una gran o pequeña empresa, las normas europeas están creando nuevas formas de financiar su negocio. Ahora debemos aumentar ese apoyo, sobre todo a las pymes, que son la columna vertebral de la economía europea.
Antes de la normativa europea, los inversores navegaban en un océano de productos ecoblanqueados. Esto les privaba de la confianza necesaria para invertir, lo que a su vez privaba a las empresas de financiación. Tras seis años de duro trabajo, los inversores disponen de cada vez más información sobre acciones, fondos y otros productos verdes, mientras que las empresas tienen muchas más formas de atraer la financiación necesaria para innovar y ser más competitivas.
Se han sentado las bases de la agenda de finanzas sostenibles. La próxima Comisión Europea debe simplificar el uso de estas normas y colaborar con las empresas, especialmente las PYMES, para que aumenten su uso de las herramientas de financiación a su disposición. Hay una oleada de inversiones verdes esperando a ser liberadas en nuestra economía si seguimos construyendo una agenda de financiación sostenible sólida.
AUTORA: Helena Viñes, presidenta de la Plataforma Europea de Finanzas Sostenibles